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La otra cara de la moneda: Hombre que arregla muertos en funeraria cuenta su experiencia
Al hombre le pagaban $20.000 al día por bañar, maquillar y peluquear a los muertos. ¿Usted lo haría?
Por:Para algunos, las funerarias podrían concentrar la mayor actividad paranormal, debido a que allí a diario reposan decenas de cadáveres, así como se vive de cerca el dolor de las familias dándole el último adiós a su ser querido.
¿En las funerarias asustan?
Sigue las noticias de La Mega en WhatsappEsta es una pregunta recurrente en quienes creen en los fantasmas y, precisamente, en el Cartel Paranormal de La Mega habló un trabajador de una funeraria, que tenía como labor diaria arreglar muertos: bañarlos, maquillarlos y hasta cortarles el cabello. Y se refirió a su experiencia y disipó las dudas sobre qué sucede en los cuartos de las funerarias donde maquillan a los muertos.
La tanatopraxia es una práctica convertida en trabajo formal al que no todo el mundo se le apuntaría, sin embargo, Manuel Grimaldo Guzmán, quien estaba sin empleo aceptó la oferta de un amigo suyo, quien es dueño de una funeraria en Girardot, de hacer la ardua tarea de arreglar difuntos para que sus familias puedan velarlos, labor por la que le pagaban $20.000 al día.
¿Cómo es la experiencia de maquillar muertos?
Contó que le tocaba bañar a los muertos, peluquearlos, incluso hasta cortarles las uñas y afeitarlos, según como el familiar quisiera ver a su ser querido en el ataúd.
A los cuerpos los debe meter en una tina de acero y allí con una manguera les echa agua y los deja 'limpios'.
Al preguntarle si no le daba miedo que lo asustaran estando entre tantos cadáveres y teniendo contacto directo con ellos, 'piel a piel', respondió con un rotundo 'No', pues durante los cuatro meses que estuvo en dicho lugar, asegura que nunca vio un fantasma ni sintió nada paranormal.
“La primera noche sí me dio susto cuando me fui a dormir a la casa, pero ya después era común”, manifestó.
Aunque no vivió de cerca nada escalofriante, comentó cómo es esta experiencia de la cual muy poco se conoce. “Yo no tenía experiencia, pero él me explicaba cómo hacerlo (…) y pues coger un muerto, es impresionante porque es frío como el hielo, pero no me daba miedo”.
Entre cosas particulares que le sucedieron, contó que un día tuvo que arreglar el cuerpo de un menor de 17 años que había sido atropellado por un carro fantasma y lamentablemente murió. “Yo lo arreglé y le pusieron una túnica blanca. Se me hizo extraño, pero el dueño dijo que tocaba así porque era menor de edad, y me dijo ‘a todo difunto hay que ponerle la mano como en cruz’, y yo le ponía la mano así y le decía ya está listo, y me volteaba y el muerto ya estaba otra vez suelto en las manos”, detalló.
Al ver que intentó varias veces cruzarle las manos y no lo lograba, su amigo le explicó cómo tenía que hacerlo para que el muerto quedara listo. “Me decía hágale duro, hágale traquear los dedos y queda como gancho”.
También lo marcó un hombre de la tercera edad indigente, quien murió ahogado en el barrio Buenos Aires, de Girardot. “Lo fuimos a recoger y lo tenían en una barbacoa, lo echamos a la tula, y eso estaba con las uñas largas y mechudo, pero el hijo de ese finado era ‘play’ y dijo que tocaba bañarlo, cortarle las uñas y maquillarlo”.
Don Manuel dice que cree en Dios, pero no en los fantasmas y que, a su parecer, quienes dicen que ven espíritus es más por un juego de la mente que les hace una mala pasada, porque tienen psicosis de que en algún lado lo vayan a asustar como en una funeraria, en un hospital o en un cementerio.