En este artículo:
Viruela del mono: La historia de por qué tiene este nombre y sus consecuencias
¿Qué tienen que ver los monos con el nombre de esta enfermedad viral?
Por:La viruela del mono, también conocida como viruela símica, es una enfermedad viral que ha captado la atención de la comunidad científica y médica a nivel mundial debido a los brotes que se han presentado en distintas partes del planeta. Aunque se trata de una afección rara, ha generado preocupación por su potencial de propagación. Pero, ¿por qué se llama viruela del mono?
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Sigue las noticias de La Mega en Whatsapp¿Por qué se llama viruela del mono?
El nombre "viruela del mono" tiene su origen en el descubrimiento del virus en 1958, cuando se detectó por primera vez en una colonia de monos en Dinamarca, utilizados para investigación científica. Aunque los monos no son los únicos portadores del virus, este hecho llevó a que se adoptara este nombre. El primer caso humano de viruela del mono se reportó en 1970 en la República Democrática del Congo, durante un esfuerzo por erradicar la viruela tradicional. A pesar de su nombre, esta enfermedad no es exclusiva de los monos y, de hecho, se cree que los roedores y otros pequeños mamíferos son los reservorios naturales del virus.
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La viruela del mono es una enfermedad viral causada por el virus de la viruela símica, perteneciente a la misma familia que el virus de la viruela humana. Aunque tiene síntomas similares a los de la viruela, es menos grave. La viruela del mono se encuentra principalmente en África Central y Occidental, donde el virus circula entre los animales. Fuera de África, los casos de viruela del mono suelen ser raros y están relacionados con viajes internacionales o la importación de animales infectados. Sin embargo, en 2022 se reportó un aumento inusual de casos en países como Estados Unidos y varias naciones de Europa.
Los síntomas de la viruela del mono pueden aparecer entre 3 y 17 días después de la exposición al virus. Los primeros signos incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, inflamación de los ganglios linfáticos y cansancio general. Un rasgo distintivo es la aparición de un sarpullido que, generalmente, se desarrolla de 1 a 4 días después de la fiebre. Este sarpullido puede comenzar en el rostro, manos o pies, y luego extenderse a otras partes del cuerpo. El sarpullido pasa por varias fases, desde manchas planas hasta ampollas llenas de pus, que finalmente forman costras antes de caer.
El sarpullido, en particular, ha sido un elemento clave en la identificación de los brotes recientes de la enfermedad, ya que en algunos casos, especialmente en el brote de 2022, las erupciones aparecieron primero en zonas genitales, la boca o la garganta.
El virus de la viruela del mono se transmite principalmente a través del contacto cercano con fluidos corporales, lesiones cutáneas o materiales contaminados, como ropa de cama o toallas. El contacto prolongado con las gotitas respiratorias de una persona infectada también puede transmitir el virus, lo que hace que el contagio pueda ocurrir a través de interacciones prolongadas, como las relaciones sexuales.
El virus también puede transmitirse de animales a humanos mediante mordeduras, arañazos, o el consumo de carne de caza infectada. Algunos productos elaborados con animales infectados, como cueros o pieles, también pueden representar un riesgo de transmisión.
La prevención de la viruela del mono implica evitar el contacto estrecho con personas infectadas y tomar precauciones higiénicas. Lavarse las manos regularmente y evitar el contacto con materiales contaminados son medidas clave. Además, las vacunas que se desarrollaron originalmente para la viruela humana, como ACAM2000 y Jynneos, también han mostrado eficacia para prevenir la viruela del mono, aunque no están recomendadas para la población en general, solo para aquellos en riesgo o que han estado expuestos al virus.
El tratamiento de la viruela del mono es principalmente sintomático, centrado en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. No existe un tratamiento específico aprobado, aunque se han utilizado algunos medicamentos antivirales, como el tecovirimat y el brincidofovir, desarrollados para tratar la viruela. Las personas que contraen la viruela del mono deben aislarse hasta que las costras del sarpullido hayan caído y la piel se haya regenerado completamente, para evitar la propagación del virus.
A pesar de que la viruela del mono rara vez es fatal, algunas complicaciones pueden surgir en casos graves, como cicatrices permanentes, infecciones secundarias y, en raras ocasiones, ceguera. El brote de 2022, relacionado con el clado II del virus, ha mostrado una baja tasa de mortalidad, pero sigue siendo motivo de atención debido a su capacidad de propagación.