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Relaciones más sanas: 8 claves para practicar la responsabilidad afectiva
¿Quieres construir relaciones más sólidas y duraderas? La responsabilidad afectiva es la clave.
Por:Las relaciones interpersonales son un aspecto esencial de la experiencia humana y desempeñan un papel importante en el bienestar emocional, mental y social. Desde el nacimiento, se depende de los vínculos con los demás para sobrevivir, aprender y desarrollarse.
Estos lazos no solo moldean la percepción que las personas tienen de sí mismas, sino también la manera en que interactúan con el entorno. Las conexiones profundas y significativas, como las que se construyen con familiares, amigos o parejas, generan un sentido de seguridad y pertenencia vital para la salud mental.
Sigue las noticias de La Mega en WhatsappAdemás, las relaciones contribuyen al crecimiento personal. A través de la interacción con otros, se adquieren habilidades como la comunicación, la empatía y la resolución de conflictos.
Sin embargo, no todas las relaciones resultan beneficiosas. Es fundamental reconocer y establecer límites en aquellas que puedan ser tóxicas o perjudiciales. En un mundo cada vez más conectado, la construcción de vínculos saludables, ya sean románticos o platónicos, se ha convertido en una prioridad.
Para la aplicación de citas Bumble, este principio es esencial. Y parece que los colombianos comparten esta visión. Según una encuesta realizada por la plataforma, el 86% de los participantes consideró que la honestidad y la empatía son más relevantes que la apariencia física al buscar pareja.
Por otro lado, casi la mitad de los encuestados (48%) identificó la falta de disponibilidad emocional y la falta de claridad en las intenciones como factores determinantes para decidir si continuar o no una relación. En este contexto, surge un concepto que promueve vínculos más saludables: la responsabilidad afectiva.
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¿Qué es la responsabilidad afectiva?
La sexóloga y experta en relaciones de Bumble, Valeria DeBotas, define la responsabilidad afectiva como “un llamado a relacionarnos desde la empatía y la honestidad, dejando de lado el individualismo, el ghosting y el turismo emocional”.
Este enfoque invita a las personas a asumir un rol más consciente y respetuoso en sus relaciones, priorizando el bienestar emocional propio y ajeno.
DeBotas propone ocho principios fundamentales para practicar la responsabilidad afectiva:
- Autoanálisis: Identificar tus deseos y necesidades emocionales es el primer paso para establecer vínculos claros y genuinos.
- Empatía: Entender las relaciones desde la perspectiva del otro y considerar cómo nuestras acciones pueden afectarlo.
- Honestidad: “Reconocer que no estás disponible emocionalmente es un acto de valentía”, señala DeBotas. La transparencia fomenta coherencia entre lo que piensas, sientes y haces.
- Comunicación asertiva: Expresar tus ideas de manera clara y respetuosa, mientras escuchas y validas las del otro.
- Inteligencia emocional: Reconocer, aceptar y gestionar tus emociones mejora la dinámica relacional y refleja madurez.
- Límites claros: Establecer límites es una forma de autocuidado que fomenta el respeto mutuo.
- Respeto: Practicar el consentimiento, cuidar el lenguaje y aceptar las diferencias son pilares esenciales.
- Responsabilidad personal: Asumir las consecuencias de nuestras decisiones, reparar errores y aprender de ellos.
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Relaciones sanas: un esfuerzo consciente
Para DeBotas, la responsabilidad afectiva es clave incluso en relaciones casuales, como el “casi algo” o los “amigos con derechos”. “Muchas personas desean mejorar su vida afectiva, pero ¿cuántas están dispuestas a dar pasos positivos para establecer vínculos más saludables? Las relaciones satisfactorias, de cualquier tipo, se fundamentan en la responsabilidad emocional”, concluye.
