En este artículo:
¿Qué comía y cómo vivía el Papa Francisco? Sus hábitos diarios para vivir más y mejor
El Papa Francisco vivió con hábitos sencillos pero poderosos que ayudaron a su salud física, mental y espiritual. Te los contamos.
Por:El mundo despide al Papa Francisco no solo como líder espiritual, sino como un símbolo de humildad, empatía y equilibrio. A sus 88 años, su vida fue ejemplo de coherencia entre pensamiento, acción y hábitos cotidianos. Lejos de los excesos y la ostentación, el pontífice argentino cultivó una vida de rutinas saludables, alimentación consciente, sueño reparador y una espiritualidad que nutría tanto su cuerpo como su alma.
Le puede interesar: Papa Francisco: el pontífice que cambió la moda papal con humildad y justicia
Sigue las noticias de La Mega en Whatsapp¿Con su partida, muchos se preguntan cómo logró mantenerse activo, lúcido y comprometido hasta el final. Aquí te contamos cuáles fueron algunos de los hábitos que marcaron la vida del Papa Francisco y que hoy, más allá de la religión, pueden servir como inspiración para una vida más larga, plena y con propósito.
1. Alimentación austera y consciente
Jorge Mario Bergoglio nunca fue un hombre de lujos gastronómicos. A lo largo de su papado, optó por una dieta sencilla, en línea con su origen humilde y su visión de justicia social. Prefería platos caseros, porciones moderadas y alimentos naturales. En muchas ocasiones se supo que su almuerzo consistía en una sopa, un poco de arroz, pescado o pollo cocido y fruta de postre.
También era conocido por evitar la carne en exceso y preferir verduras, frutas y cereales integrales. No consumía bebidas azucaradas ni alcohol regularmente, y en lugar de café tomaba mate, una infusión típica del sur de América, que también tiene propiedades antioxidantes y digestivas.
No te quedes sin leer: Las inquietantes profecías de Baba Vanga y Nostradamus tras la muerte del papa Francisco
2. Sueño regular y disciplina nocturna
El Papa Francisco siempre defendió el valor del descanso como una forma de conexión espiritual. Se acostaba temprano, antes de las 9:30 p.m., y se levantaba todos los días a las 4:30 a.m. Su jornada empezaba con oración y meditación, lo cual también favorecía su salud mental y emocional.
Dormía entre seis y siete horas por noche, pero siempre de forma regular. Según expertos, mantener un horario de sueño constante mejora la longevidad, el funcionamiento cognitivo y el sistema inmunológico, algo que el Papa cultivó sin excesos ni interrupciones innecesarias.
Lea también: Colores de la suerte del 22 al 27 de abril inspirados en el legado del Papa Francisco
3. Caminar como forma de vida
Antes de convertirse en Papa, ya caminaba por las calles de Buenos Aires. Tras su elección en 2013, aunque el protocolo cambió, continuó moviéndose con sencillez. En el Vaticano, prefería caminar por los pasillos en lugar de usar vehículos internos y evitaba el uso excesivo del ascensor.
Este hábito diario le permitía mantenerse activo sin la necesidad de rutinas de ejercicio complicadas. Caminar, según los especialistas, es uno de los ejercicios más completos para personas mayores, mejora la circulación, la digestión, la movilidad y la salud mental.
No te pierdas: J Balvin, Fanny Lu y Yatra despidieron al papa Francisco con homenajes en redes

4. Mente activa y corazón conectado
Francisco era un gran lector. A diario leía no solo textos religiosos, sino también filosofía, literatura e historia. Este ejercicio intelectual mantenía su mente despierta y flexible. Además, escribía constantemente discursos, homilías y mensajes que lo mantenían comprometido con su vocación.
La actividad cerebral constante, sumada a su meditación diaria, le brindaba un equilibrio emocional que ayudaba a reducir el estrés, mantener la memoria activa y sostener su capacidad de liderazgo hasta los últimos días de su vida.
Más noticias: Cónclave y las cinco mejores películas sobre Papas y Francisco para ver hoy
5. El poder de la espiritualidad y el humor
Uno de los aspectos más admirados del Papa Francisco era su habilidad para hablar de Dios con amor y sin rigidez. Su espiritualidad era activa, dialogante y llena de humor. Reía con frecuencia, incluso sobre sí mismo, y defendía la importancia de tomarse la vida con ligereza.
Estudios demuestran que las personas con un propósito claro, una práctica espiritual o religiosa constante y una actitud positiva frente a la vida, tienen mayor esperanza de vida. Francisco, con su conexión profunda con la fe y su sentido del humor, encarnaba esa verdad.
Otras noticias: Mhoni Vidente revela de qué país sería el nuevo papa: la vidente predijo la fecha de muerte de Francisco
6. Vida sin apegos materiales
Desde el comienzo de su papado, renunció a vivir en el Palacio Apostólico. Prefirió la residencia de Santa Marta, donde podía estar más cerca de los trabajadores del Vaticano. Usaba zapatos negros sencillos, rechazaba lujos y evitaba la parafernalia típica del Vaticano.
Esta vida desprovista de excesos materiales no solo era coherente con su mensaje, sino que le liberaba del estrés que generan los apegos y le permitía centrarse en lo esencial: servir a los demás, escuchar, guiar y amar.
La vida del Papa Francisco nos deja una lección profunda: no se necesita abundancia para vivir bien, sino intención. Comer sencillo, dormir bien, caminar, reír, orar, leer y vivir sin cargas innecesarias son hábitos que él practicó hasta el final y que hoy, más que nunca, resuenan como guía para una vida larga, saludable y con sentido.