En este artículo:
¿Es bueno dormir con tu gato? Situaciones en las que sí y en las que no
Aunque es reconfortante escuchar su ronroneo, compartir la cama tiene beneficios y algunos inconvenientes.
Por:Dormir con gatos es una práctica habitual que ha trascendido culturas y generaciones. La vida urbana, donde los espacios son compartidos casi por completo entre humanos y felinos, fomenta que estos compañeros peludos elijan la cama de sus cuidadores como su lugar de descanso favorito. Sin embargo, ¿es siempre buena idea compartir cama con un gato? Existen beneficios, pero también riesgos que deben considerarse, especialmente si hay niños pequeños, mujeres embarazadas o personas inmunodeprimidas en el hogar.
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Sigue las noticias de La Mega en WhatsappBeneficios de dormir con un gato
Relajación y tranquilidad: el ronroneo de los gatos induce un estado de calma que facilita conciliar el sueño.
Seguridad emocional: tanto los felinos como sus cuidadores sienten mayor apego y confianza al dormir juntos.
Calor en invierno: la elevada temperatura corporal de los gatos ayuda a mantener el calor durante las noches frías.
Mejora de la relación: los gatos que duermen con sus cuidadores tienden a ser más afectuosos, lo que fortalece la convivencia.
Beneficio para los niños: los más pequeños encuentran en los gatos una figura de apoyo emocional que fomenta su seguridad y relajación.
Cuándo podría no ser una buena idea
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Impacto en el sueño: los gatos tienen ciclos de sueño diferentes a los humanos, lo que puede causar interrupciones. Además, su actividad nocturna, movimientos o arañazos pueden dificultar el descanso.
Problemas de salud: aunque el riesgo es bajo si el gato está sano, existen enfermedades zoonóticas como hongos, toxoplasmosis o parásitos que podrían transmitirse.
Estrés por cambio de hábitos: si se acostumbra al gato a dormir en la cama, luego puede ser difícil enseñarle a hacerlo en otro lugar sin generar estrés.
Alergias: los alérgenos presentes en el pelo y otros residuos del gato pueden acumularse en el colchón, favoreciendo la aparición de alergias o problemas respiratorios.
Situaciones específicas a considerar
Niños pequeños y mujeres embarazadas: aunque los gatos no son inherentemente peligrosos, hay que tomar precauciones adicionales, como mantener al bebé en un área protegida y realizar controles de salud frecuentes al gato.
Personas inmunodeprimidas: en estos casos, se deben extremar las medidas de higiene y desparasitación para minimizar riesgos.
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