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¡Echa ojo! Harvard revela cómo nos volvemos adictos a las redes sociales
Los estímulos digitales de estas plataformas hacen que nos mantengamos pegados a ellas.
Por:En un principio el objetivo principal de las redes sociales era el de conectar a las personas para poder compartir con ellas todo lo que hacíamos o nos pasaba, además de otros aspectos que parecían darle un beneficio positivo al mundo.
Sin embargo, se ha cuestionado el papel de estas dentro de la ola de desinformación que se vive actualmente en varios aspectos, incluidos los movimientos políticos, además del efecto que tiene en las personas en general.
Sigue las noticias de La Mega en WhatsappMucho antes de que la extrabajadora de Facebook, Frances Haugen, desatara una de las crisis más grandes al interior de la compañía al hablar sobre la falta de supervisión al daño que ha hecho la plataforma en los procesos democráticos del mundo y de EE. UU.
Adicionalmente del impacto negativo en la juventud que silenció la red social, otro empleado advirtió sobre el efecto que tenía en la sociedad.
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El ex-vicepresidente de Crecimiento de Usuarios de Facebook, Chamath Palihapitiya, enfocado en trabajar para incrementar el flujo de usuarios y de mantenerlos en la plataforma señaló en una conferencia en la Universidad de Stanford, lo siguiente:
“Tengo una culpa tremenda. Los ciclos de retroalimentación impulsados por dopamina a corto tiempo que hemos creado están destruyendo la forma en que la sociedad funciona”. Es el llamado dilema de las redes sociales.
Según un artículo de la Universidad de Harvard donde se cita a Palihapitiya explica que la dopamina es un químico producido por nuestros cerebros que tiene un papel relevante en el comportamiento motivador.
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“La dopamina se libera cuando mordemos un alimento delicioso, cuando tenemos sexo, después de ejercitarnos y, aún más importante, cuando tenemos interacciones sociales exitosas. Nos recompensa por comportamientos beneficiosos y nos motiva a repetirlos”.
¿Qué pasa cuando tenemos una fuente inagotable de estímulos sociales?
Cada notificación, ya sea un mensaje de texto o un ‘like’ en Instagram o una notificación de Facebook tiene el potencial de ser un estímulo social positivo y un influjo de dopamina. Si se detiene a pensarlo un segundo, quizá ha sentido un poco de felicidad o energía cuando algo que publica recibe muchos 'likes' o es compartido por otras personas.
“Si percibimos que una recompensa será entregada de forma aleatoria, y si buscar la recompensa no tiene un alto costo, terminamos revisando constantemente”, indica el artículo, relacionando este tipo de comportamiento a la adicción al juego y a las apuestas, en el que la persona sigue intentando una y otra vez hasta conseguir una recompensa.
“Si prestas atención te podrías encontrar revisando tu teléfono al primer síntoma de aburrimiento, solamente por hábito y los programadores trabajan muy duro para mantenerte haciendo eso".
Llega un punto en el que las redes sociales se convierten en la fuente interminable de dopamina, incluso alejándonos de otras cosas y reduciendo el impacto de la satisfacción que tienen otras actividades.
Los algoritmos de las redes sociales como Twitter, TikTok, Instagram y Facebook, entre otras, se enfocan en darnos contenido que nos gustará para seguir ofreciendo estas recompensas.
A partir de esto, se han realizado investigaciones que demuestran que el comportamiento político en estas plataformas también tienen un efecto en la dopamina y en el cerebro, siendo casi una adicción reafirmar ideas a través de estas.
Esta es sólo una simplificación de cómo actúan las redes en nuestro cerebro pero va más allá de eso. Frances Haugen explicó el impacto que tiene en la mente de las adolescentes además de que les ofrece productos y contenidos que pueden ser peligrosos.
Lo único que podemos hacer es cuestionar este tipo de conductas y preguntarnos cuánto pasamos en redes sociales, por qué lo hacemos, y si realmente vale la pena estar detrás de esta recompensa diariamente.