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¿Te atreves a entrar al monte del Hojarasquín? Leyenda colombiana que te pondrá los pelos de punta
Adentrarse en el monte con malas intenciones es arriesgarse al castigo del Hojarasquín.
Por:El Hojarasquín del monte se presenta como una figura misteriosa y temida por generaciones de campesinos. Algunos lo describen como un hombre con apariencia de árbol, mientras otros lo perciben como un ser demoníaco capaz de infundir terror incluso en los más valientes. También se le considera la encarnación de la conciencia de la naturaleza.
Actuando como guardián de los bosques, el Hojarasquín es sigiloso y veloz, acechando a cazadores y leñadores para asustarlos cuando intentan perturbar los bosques que protege. Guía a aquellos que muestran respeto genuino por la naturaleza hacia la salida del bosque, pero desconfía de quienes buscan riquezas o tesoros escondidos entre los árboles.
Sigue las noticias de La Mega en WhatsappAdentrarse en el monte con malas intenciones es arriesgarse al castigo del Hojarasquín. Muchos han desaparecido sin dejar rastro, víctimas de su furia por causar daño a la naturaleza. Incluso los más hábiles exploradores y valientes expedicionarios han sucumbido ante su poder. Dicen que sus lamentos resuenan en las noches oscuras.
Muchos evitan adentrarse en el monte donde el Hojarasquín hace su morada, marcados por el terror que infunde. Algunos han cambiado sus hábitos, dedicándose a proteger y educar sobre el buen uso de los recursos naturales, redimiéndose así por sus acciones pasadas.
El Hojarasquín del monte es mucho más que una leyenda; es el guardián feroz de la naturaleza, protector incansable de los bosques y juez implacable de aquellos que atentan contra la tierra que habita.
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A pesar de su apariencia aterradora, se dice que el Hojarasquín es en realidad un ser de buen corazón que guía amablemente a los caminantes perdidos en el monte hacia la salida. Sin embargo, tiene una condición: solo ayuda a aquellos que le agradan. El problema es que no es fácil ganarse su simpatía. Los valientes aventureros no logran conmoverlo, ni tampoco los exploradores que buscan tesoros ocultos en la selva.
Antes de asistirlos, el Hojarasquín prefiere jugarles bromas pesadas que los desesperan y hacen que abandonen sus planes. La única manera de ganarse su favor es mostrando reverencia y respeto por el entorno natural.