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Tragedia de Armero: ¿Por qué se dice que los espíritus reviven el horror cada noche?
Hace 39 años que Armero quedó sepultado bajo miles de escombros como causa de la erupción del volcán del Nevado Ruiz.
Por:El 13 de noviembre de 1985, la tragedia de Armero marcó profundamente la historia de Colombia. Este pequeño pueblo, ubicado en el departamento del Tolima, fue sepultado bajo toneladas de lodo y escombros tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz. Este evento catastrófico ocurrió después de que una avalancha de lodo, roca y hielo descendiera desde la cima del volcán. La tragedia causó la muerte de más de 20,000 personas y desplazó a miles, mientras que el pueblo quedó totalmente destruido.
La erupción del Nevado del Ruiz no fue del todo inesperada. En los meses anteriores, se registraron señales de actividad volcánica, y las autoridades emitieron advertencias sobre posibles desastres. Sin embargo, las acciones preventivas fueron limitadas, y la magnitud del desastre natural sorprendió tanto a las autoridades como a los habitantes de Armero.
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La avalancha se desplazó rápidamente, y muchos residentes no tuvieron tiempo para evacuar. La situación fue caótica, con intentos de rescate llevados a cabo en condiciones muy difíciles. Las imágenes y los testimonios que surgieron de Armero conmocionaron tanto al país como al mundo, dejando un legado de dolor y de cuestionamientos sobre la respuesta de las autoridades.
La tragedia de Armero no solo dejó una huella física, sino que también generó un simbolismo en la cultura colombiana. Se dice que los espíritus de las víctimas reviven la tragedia cada noche en el lugar que alguna vez fue el hogar de miles. Este fenómeno tiene raíces en las creencias populares y en el proceso de duelo colectivo.
El recuerdo de los miles de fallecidos, algunos de los cuales no fueron encontrados ni identificados, sigue vivo en la memoria de quienes sobrevivieron y de las generaciones posteriores. La sensación de que el desastre fue algo inconcluso, sumada al dolor, genera un ambiente que muchos perciben como cargado de energías no resueltas.
La idea de que los espíritus “reviven” el suceso se conecta con el hecho de que Armero no fue reconstruido, lo que ha convertido el lugar en una especie de “pueblo fantasma”. Las ruinas y los restos de viviendas, iglesias y escuelas quedan como testigos mudos de la tragedia. Las visitas al sitio se hacen en pro de la reflexión y el respeto.
La creencia en estos fenómenos responde, en parte, a la necesidad de mantener viva la memoria de quienes perdieron la vida y de enfrentar el dolor de una pérdida masiva.
En una transmisión hace unos años del ‘Cartel Paranormal de La Mega’, Juan Carlos, quien fue socorrista de esta tragedia, recordó la situación tan dura que vivió en ese momento. Relató que fue él quien sostuvo la mano de Omaira, la niña de 13 años que, mientras las cámaras la grababan, pedía con desesperación que no la abandonaran. Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos realizados, no lograron salvarla, y la niña falleció.