Diablo se aparecería en plena calle sexta en Bucaramanga

Se conocen más historias de apariciones, brujas y demonios que atormentan a unos cuantos. En esta ocasión, Daniel, un oyente del Cartel Paranormal, contó dos relatos de actividad paranormal en Bucaramanga que le pondrán los pelos de punta. 

Comentó que su tío, cuando tendría unos 10 años, vivía sobre la calle sexta de la conocida como 'ciudad bonita', y un día, tuvo una discusión fuerte con su madre, por lo cual estaba de muy mal humor y decidió salir de casa hacia un parque, más o menos a las 9 pm.

Lea también: Luego de una espantosa masacre, colegio quedó maldito y hoy en día se ven macabras apariciones

Dice Daniel, que su tío empezó a sentir un olor muy raro a tabaco, que jamás había sentido, de repente, se le dio por mirar hacia la copa de un árbol cercano, y allí reposaba la figura de un hombre alto, vestido de negro, de sombrero bastante grande y los ojos rojos, obviamente él quedó muy impactado y salióa correr, regresándose a casa.

Daniel y sus padres concluyeron que en verdad era el diablo por la tensión fuerte que se sitió en el ambiente y esa aparición extraña.

También contó una segunda historia, que ocurrió sobre la calle Séptima, también en Bucaramanga. Su abuela caminaba, y de pronto, al llegar a cierta parte de la zona, escuchó a lo lejos el sonido de los casquillos de un caballo contra el suelo... ¿Será el mismo ente demoniaco que se le apareció al abuelo de niño?

En fin, dicho sonido le llamó mucho la atención a la mujer, pues de lejos veía que se aproximaba un caballo con alguien montado, a lo que ella ‘no le paró muchas bolas’.

Le puede interesar: La historia de la niña que encontró a su perro sacrificado: se dice que fue un demonio

En cierto momento, fue tal la aproximación que tenía con el caballo que lo vio prendido en llamas y con los ojos rojos y cuyo jinete estaba vestido totalmente de negro, describe también que el caballo traía cadenas a los lados,

Su abuela es muy religiosa y empezó a hacer sus buenas oracionesy ¡santo remedio!, porque de un momento a otro el espectro desapareció.