En este artículo:
La estatua, la escalofriante creepypasta que te pondrá los pelos de punta
Estos sucesos harán que no vuelvas a ver las estatuas de la misma manera.
Por:Esta historia deja un sinsabor en quienes la conocen, debido al misterio que cubre toda la escena. Todo comenzó con una pareja que vivía en Oklahoma, Estados Unidos, la cual decidió vivir un momento privado y cenar fuera de la ciudad sin sus hijos.
Al querer este espacio, los padres llamaron a una niñera para que les colaborara y cuidara de forma adecuada a sus niños, mientras ellos estaban ausentes. La mujer llegó al sitio y se dio cuenta que los menores ya estaban dormidos, por lo que únicamente inspeccionó que todo estuviera bien.
Sigue las noticias de La Mega en WhatsappAl desocuparse, la niñera se comunicó con los papás para pedir el permiso de usar su televisión por cable, ya que este servicio solo estaba disponible en su habitación. Esto ocurría debido a que los adultos no querían que los niños vieran cosas indebidas cuando ellos no podían estar pendientes.
Lee además: El aterrador juego con niños del más allá: Creepypastas para no dormir
Al llamar al padre, la mujer recibió el permiso para ver televisión, pero no perdió oportunidad para hacerle una petición adicional con respecto a un objeto que estaba en el lugar. En la charla, la empleada quiso saber si podía cubrir la estatua del ángel que estaba en el cuarto de los pequeños, pues la ponía nerviosa y le daba algo de miedo.
El papá se quedó en silencio y, al reaccionar, le indicó desesperadamente a la niñera que sacara a los menores de la casa porque no tenían ninguna estatua de un ángel. Seguido a esto, el hombre señaló que llamaría a la policía para que los ayudara.
Tras cinco minutos del llamado, las autoridades llegaron a la casa y encontraron los tres cuerpos sin vida. Lo curioso es que nunca encontraron ninguna estatua de ángel y tampoco la vivienda presentaba señales de forcejeo.
Las tres personas presentaban golpes y heridas con un objeto cortante, pero jamás se descubrió qué ocurrió realmente.