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La escalofriante sombra que arrastró de los pies a joven en edificio del centro de Bogotá
Cuidado a quién dejas entrar a tu casa.
Por:El centro de Bogotá está lleno de cultura, lugares para visitar, atracciones turísticas y, sobre todo, de misterios que jamás tendrán respuesta. Al ser una zona tan tradicional, las historias abundan, espantando a unos cuantos que recorren las calles a altas horas de la noche.
En un viejo edificio de este sector de la capital, una joven de 20 años vivió una experiencia aterradora mientras estaba sola en su casa.
Fernanda, que era escéptica a los sucesos paranormales, iba llegando a su hogar después de visitar a unas amigas cuando a lo lejos vio una extraña sombra que la esperaba en la portería. Como no llevaba sus lentes, la joven creyó que se trataba del portero del lugar, por lo que simplemente agachó su cabeza, saludó y abrió la puerta para ingresar al edificio.
Una vez entró a su apartamento, la bogotana se dirigió a la cama para acostarse a dormir y así madrugar al otro día para ir al trabajo. En medio de la noche se escucharon ruidos que provenían de la cocina, algo muy similar a las puertas cerrándose, pero ella no se dejó amedrantar y continuó descansando.
Al otro día, exactamente a las 8:00 a.m., Fernanda se levantó, fue al baño y lavó su rostro para quitarse “la pereza”. Una vez salió hacia la sala, se dio cuenta de que aquella sombra misteriosa estaba sentada en los sillones y la miraba fijamente.
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Este espectro giró hacia donde ella estaba ubicada, poniéndose de pie y avanzando lentamente. La joven se petrificó e intentó gritar, pero no resultó posible, su cuerpo no reaccionaba.
El celular le sonó, era su padre llamándola, por lo que la sombra se desvaneció y Fernanda pudo salir corriendo hacia su habitación. Al entrar, agarró el móvil e intentó devolver la llamada a su progenitor, pero no fue posible, ya que salía que no tenía señal.
Este detalle la hizo entrar en pánico y cuando salió del cuarto, las cosas se pusieron feas. En el corredor se escucharon pasos, por lo que supo que esa sombra venía de nuevo hacia ella y nada la podía detener.
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Fernanda comenzó a gritar, pero sus impulsos por liberarse de aquella presencia fueron en vano, pues este aterrador espectro se acercó a ella, le tapó la boca y la presionó contra una pared. Al pasar un par de minutos, la sombra la agarró de los pies, la tumbó al piso y la arrastró a gran velocidad.
Cuando esta presencia paranormal la llevaba hacia la puerta de la entrada, el timbre sonó y aquella fuerza desapareció. La mujer tomó fuerzas y abrió para que la ayudaran, dándose cuenta de que era el portero.
El hombre, de casi 60 años, la intentó ayudar y, al levantarla, se fijó que la habitante del apartamento tenía marcas de unas manos en sus brazos y piernas. Al preguntarle qué había ocurrido, Fernanda no pudo volver a hablar, no salía su voz.