La escalofriante bruja en el tejado de una casa en Castilla

Un grupo de amigos se disponía a pasar una noche parchada y divertida fuera de una casa en Castilla, cuando una extraña criatura los abordó. Podría decirse que el alcohol influyó, pero el susto fue tan grande, que la borrachera se bajó completamente y los dejó sobrios.

Una noche de sábado, exactamente de octubre, un grupo de cinco jóvenes decidió disfrutar de una mini “tomata” fuera de una gran casa, ubicada en una esquina de la calle. Los adolescentes estaban bebiendo cerveza y aguardiente, mientras pasaban los tragos con un poco de maní.

Siendo las dos de la mañana, el dueño de la casa se percató de que en la mitad del andén había un misterioso e inusual pavo que venía acercándose a ellos. Uno de los amigos se puso de pie e intentó ahuyentarlo, pero el esfuerzo fue en vano porque el animal se petrificó y los observó detenidamente.

Lee también: El fantasma del padre fallecido en brutal accidente en Bogotá

Las bromas y chistes sobre el tema surgieron, tomando la presencia del ave como un momento particular y ridículo. Entre cerveza y cerveza, el parche de amigos no se dio cuenta que el pavo cada vez estaba más cerca a la entrada de la casa.

Uno de los jóvenes decidió tomar un puñado de sal y lanzárselo al animal con tal de espantarlo. Al caer la sustancia sobre el pavo, este salió volando entre las sombras y se posó sobre el tejado de la vivienda.

Lo extraño y escalofriante ocurrió después cuando una figura se formó entre la oscuridad, tomando la silueta de una mujer gibada, narizona y con uñas largas. La risa de aquel ser era perturbadora, invadiendo parte del lugar.

Lee además: El aterrador apartamento 901 en edificio de Bogotá: cuidado donde timbras 

Los jóvenes se quedaron sin palabras, viendo como esta mujer se transformaba en una horripilante bruja. Las risas de la criatura traumatizaron al grupo, llevando a que uno de los chicos saliera corriendo, mientras la sombra lo perseguía desde los tejados.

La bruja agarró de la camiseta al joven, elevándolo por los aires y desapareciendo por completo en la noche. Muchos vecinos dicen que a las tres de la mañana se escuchan los lamentos de un hombre, mientras una risa maldadosa los acompaña.