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‘Guau’, el espectro que aterroriza a los perritos en La Candelaria
Una extraña fuerza puede entrar en tu casa, hazle caso a tus mascotas cuando ladren sin control.
Por:Muchas personas tienen la creencia de que sus mascotas pueden detectar o ver presencias del más allá. En varios casos los animales logran sentir energías de espíritus o espectros que los humanos no podemos.
Leandro, un joven de 24 años, vive en un conjunto residencial de La Candelaria, un sector recorrido y visitado por miles de personas en Bogotá, debido a la historia y cultura que tiene. Allí habita un apartamento junto a su hermana mayor y su perrita Lana.
Sigue las noticias de La Mega en WhatsappUn día, en medio de los paseos diarios que le daba a su mascota, el bogotano se percató que Lana no quería ir hacia una zona del parque que quedaba en la esquina de su calle. La perrita evitaba pasar por aquel lugar, resistiéndose y jalando la cuerda de regreso a la residencia.
Leandro no le prestó atención y se llevó a la canina hacia aquel sitio, ya que era campo abierto para que corriera y jugara con otros animales. Al ubicarse en este punto, Lana se erizó, comenzó a gruñir y se quedó mirando hacia una pared donde no había nadie.
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Otro perrito que estaba paseando por la zona salió corriendo y se ubicó junto a Lana, erizándose también y mostrando los dientes de una forma aterradora. Los dos caninos estaban en posición de ataque, cuando algo los empujó de una forma brusca.
El joven agarró a su mascota, la alzó y corrió hacia la puerta de su conjunto, intentando refugiarse de lo que fuera que estaba molestando. No obstante, al llegar a la portería, el guarda de seguridad no se encontraba allí y la entrada estaba completamente bloqueada con un seguro inusual.
Lana continuó gruñendo y ladrando descontrolada, hasta que lograron entrar a la residencia. Una vez llegaron al apartamento, Leandro le contó a su hermana lo ocurrido y ella lo dejó frío al decirle que cuando se asomó a la ventana vio a un hombre de pie frente a los perritos.
En medio de la conversación, ambos jóvenes vieron cuando su mascota ladró de nuevo a la puerta de la entrada de la vivienda, por lo que intentaron ver que era. Al abrir y observar detenidamente, no vieron nada y continuaron con sus actividades diarias, tratando de olvidar este extraño y misterioso momento.
En la noche, ya cuando estaban durmiendo, Leandro se despertó al sentir que una voz masculina le decía “Guau” constantemente. Al asomarse a la sala, Lana estaba corriendo y jugando con una pelota que se movía sola por todo el lugar, quedando completamente frío. El espectro ya había entrado a su casa.