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El salto de la muerte y los espectros que rondan el centro de Bogotá, la creepypasta para temerle a las alturas
Varias personas se han lanzado de un emblemático edifico de esta zona de la ciudad.
Por:El centro de Bogotá alberga misteriosas historias sobre espectros, fantasmas y espíritus que rondan las calles. Extraños sucesos se han vivido en esta zona de la ciudad, siendo uno de los lugares más antiguos y solitarios en las noches.
En un par de edificios que se encuentran cerca de varias universidades, se presenciaron extraños hechos donde algunas personas se suicidaban lanzándose de pisos muy altos. Manuelito, uno de los propietarios que habita en aquel conjunto, aseguró que el primer caso ocurrió en 1996 y se trataba de un joven con problemas mentales.
Sigue las noticias de La Mega en WhatsappEl hombre contaba que una tarde se encontraba mirando por la ventana cuando vio una sombra caer a toda velocidad frente a él, para luego escuchar un fuerte golpe como si explotara una llanta. Al asomarse vio el cuerpo tendido, desmembrado y completamente estallado en sangre contra el concreto.
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Semanas después de lo ocurrido, sin que nadie diera detalles de la muerte, Manuelito afirmó que al ver por su ventana se apreciaba esta sombra rondando el primer piso y se escuchaban los tenebrosos lamentos del joven que murió. Otro de los habitantes del lugar indica que en las noches se oyen pasos arrastrándose, mientras una figura oscura se pasea entre los árboles que rodean el conjunto.
Aunque es difícil de creer, esta situación se repitió en 2012 cuando otro hombre, de casi 35 años, decidió acabar con su vida y lanzarse del piso 30. Los amigos de aquel hombre, que estaban en la sala del apartamento, aseguran que escucharon cómo su conocido hablaba en una habitación con alguien que susurraba y repetía que cumpliría con el cometido.
En un descuido, el hombre saltó y cayó en el verde césped, hundiéndose por completo en la tierra. Manuelito, que ya falleció por su avanzada edad, relató que veía en las noches, casi a las 12:00 am, cómo aquella sombra agarraba de la mano el alma de la víctima y la llevaba a los espacios alejados, muy cerca de los parqueaderos.