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Antes de fallecer, mujer vio a la santa muerte, quien le dio una lección inesperada
La muerte muchas veces puede ser un mejor regalo que la vida.
Por:La muerte ronda por las calles sin preocupación alguna, buscando quién será el próximo en caer en sus brazos y dejar este mundo. Un día cualquiera la muerte llegaba a pisar los pies de una señora de edad, madre de cuatro niños.
Hace quince años una de sus hijas había sido abusada y asesinada por un depravado que seguía vivo, al presentir a la muerte, la anciana expresó que tenía pleno conocimiento de que su hora había llegado.
Sigue las noticias de La Mega en WhatsappPero antes de morir necesitaba que aquella ‘huesuda’ le contestará si en realidad Dios existe, ante su inquietud, la entidad le respondió que era claro que Dios existe.
Sin embargo, la mujer le refutó, indicándole que si fuese así por qué él había permitido que su hija sufriera a manos de un desquiciado; por qué la muerte no se llevó al depravado, en vez de dejar a la pequeña de 9 años.
“Vida es mi hermana mayor, es una mujer que en ocasiones puede ser muy resentida y le gusta hacer sufrir a las personas; en cambio yo, me considero más amigable y compasiva”, contestó el espíritu de la muerte a la mujer agonizante.
La señora en su lecho de muerte siguió reclamándole y furiosa le dijo que ella hacía sufrir a todos los que tocaba.
Sin embargo y a pesar de que no debía dar explicaciones, la santa muerte le aseguró que ella se había llevado a su hija para apaciguar su dolor.
De igual modo, la muerte prosiguió ante las dudas de aquella mujer; pues el hombre que había abusado de su hija fue enviado a la cárcel y allí todos los presos lo violaron, a lo largo de los años el hombre ha deseado más de una vez que la muerte llegue por él.
Fue así como Yaneth comprendió un poco la muerte de su hija, pero pensaba una y otra vez en porqué ella tuvo que seguir en vida, si sufría tanto por la ausencia de su pequeña.
La muerte antes de llevársela le aseguró que a pesar de su sufrimiento aun le quedaban tres hijos y ahora venía por ella porque su labor como madre ya se había cumplido.
“A veces la muerte puede ser maravillosa y la vida un calvario”, le dijo la muerte antes de su último suspiro.