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Cementerio Central: las escalofriantes y curiosas historias del panteón más antiguo de Bogotá
Miles de historias paranormales han surgido a través de la historia del Cementerio Central.
Por:El Cementerio Central es uno de los panteones más antiguos de Bogotá, desde 1836 se encuentra abierto al público y se ha convertido en un lugar enigmático para muchas personas que lo visitan en búsqueda de fantasmas o para practicar rituales extraños.
Este campo santo fue construido por Pío Domínguez y Nicolás León durante la presidencia de Francisco de Paula Santander. El 26 de septiembre de 1984 fue declarado Monumento Nacional por la arquitectura del lugar.
Sigue las noticias de La Mega en WhatsappLa entrada fue diseñada por Julián Lombana en 1905. En su portada hay un monumento de Cronos, Dios del tiempo, y en la parte inferior se puede leer un escrito en latín que dice “esperamos la resurrección de los muertos”.
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Grandes figuras públicas han sido sepultadas en este lugar, entre ellas están Francisco de Paula Santander, Luís Carlos Galán Sarmiento, Carlos Pizarro Leongómez, Fundador de Bavaria Leo Kopp, Rafael Pombo, Gustavo Rojas Pinilla, entre otros exmandatarios y personajes representativos del país.
Asimismo, muchas personas han trabajado y visitado este lugar para rezar a los restos de los fallecidos, e indican que en su interior sienten presencias extrañas, no solo por ser un cementerio, pues también se han conocido casos de grupos que van con bolsas negras a hacer rituales vudú e irrumpen la tranquilidad del lugar para colocar fotos o muñecos punzados con alfileres.
La carga energética que se ha producido a lo largo de los años ha desencadenado que muchas personas vivan encuentros con entes del “más allá” y se produzcan diferentes historias paranormales, desde gritos, entes que se aparecen en las noches frías y "fantasmas" que cuidan a las almas benditas.
Leyendas del Cementerio Central
Uno de los lugares más tenebrosos en el Cementerio Central es ‘El Caracol’, la cual es una escalera metálica que lleva a un sótano donde reposan varios cadáveres. Su fama llegó tan lejos, que en una ocasión los vigilantes encontraron a un adulto que decidió quitarse la vida en este sitio y dejó una carta para su familia.
Por tal motivo, decidieron clausurar esta entrada al sótano, pero quienes trabajan en este lugar bajo la penumbra y soledad de las noches capitalinas, indican que en ocasiones ven una sombra negra que aparece y se desaparece.
Otro de los lugares más visitados en este cementerio es la estatua dorada de dos gemelas, las hermanas Bodmer, su muerte es todo un misterio, algunas personas dicen que murieron quemadas, mientras que otros indican que fue una enfermedad por la sangre. Es común que muchas personas lleguen allí con dulces, juguetes y flores para pedir el favor que puedan interceder por sus criaturas, pues se dice que ellas median por aquellos niños enfermos y mujeres en estado de embarazo.
De igual manera, en muchas ocasiones, los más creyentes visitan las tumbas de muchos difuntos para pedir algún milagrito, en el lugar de reposo de Julio Garavito Armero es habitual ver personas pidiendo favores económicos, pues se dice que quien acude allí con un billete de $20.000 de los antiguos donde el aparece este personaje, nunca le va a faltar dinero en su billetera.
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En el panteón de Leo Kopp, fundador de Bavaria, muchas personas acuden para pedirle empleo, pues la creencia popular indica que se le tienen que pedir favores al oído para que interceda por los más necesitados, así como también cuida a los 'borrachitos'.
Los niños del Cementerio Central
Durante los siglos XIX y XX, el Cementerio Central se dividía en dos partes, el Globo A que es el terreno que actualmente se conoce bajo este nombre y donde hay grandes personalidades de la nación, y por otro lado estaba el Globo B, más conocido como “cementerio de los pobres”, donde se utilizaban tumbas sencillas y hasta reutilizadas.
A inicios del siglo XX el lado B se convirtió en un lugar para el olvido, pues se arrojaban escombros, fetos y desechos hospitalarios. Sin embargo, en pleno inició de milenio se hizo una reforma en esta área para construir el más conocido Centro de Memoria Paz y Reconciliación, por esto, se tuvo que excavar todo este sector y se exhumaron miles de cuerpos .
Este trabajo se considero la excavación más grande se Suramérica. Posteriormente, en el año 2015, la Universidad Nacional de Colombia realizó un análisis de los restos que habían allí y se encontraron alrededor de 113 niños, los cuales fueron examinados por los científicos para conocer la causa de su muerte, gracias a esto descubrieron que habían muerto entre los siglos XIX y XX por enfermedades gastrointestinales, de desnutrición y estrés.