Bruja en Medellín asusta y da una 'paliza' a un empleado de una hacienda

Harry Camargo de un pueblo cercano a Medellín tenía más o menos 21 años cuando vivió en carne propia una experiencia paranormal. El trabajaba en una residencia, no obstante, el asegura que mientras estaba allí escuchaba cómo las brujas saltaban y corrían en el techo de la construcción, una teoría que confirmaban las personas que le hacían los reemplazos de su descanso, pues le contaban que cuando se quedaban allí, ellas les respiraban cerca, los arañaban y los asustaban.  

Una noche mientras él veía la película El Exorcista, ocurrió un aterrador evento paranormal. Tras terminar de ver el film y como ya era tarde de la noche, Harry Camargo cerró las puertas de la residencia y se dispuso a sintonizar su emisora favorita, cuando de repente empezó a escuchar que alguien caminaba por el pasillo y terminó el recorrido tocando a su puerta. 

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Asustado, el valiente hombre se aventuró a ir en busca de alguna respuesta,pero todo estaba cerrado y apagado como él lo había dejado. Quizás sin que se le pasara por la cabeza que fuera un fenómeno paranormal, Harry se dispuso a dar un recorrido por el lugar para descartar posibles ladrones, pero no vio a nadie. 

Sin encontrar respuestas, él volvió a entrar a su habitación, pero cuando ya estaba recostado, por segunda vez le tocaron la puerta, pero en dicha ocasión le dio susto volver a saber qué estaba sucediendo afuera. Tras unos segundos y por tercera vez, alguien o algo tocó la puerta de nuevo, ya está vez Harry Camargo pensó que se trataba de un hecho paranormal, pues cuando fue a ver de qué se trataba no vio a nadie. 

Con mucho miedo, el hombre empezó a orar y a pedir "que no lo espantaran", pero cuando se dispuso a cerrar la puerta ocurrió el más tenebroso de los encuentros paranormales, pues mientras él sujetaba la chapa, por fuera alguien parecía estar intentando abrirla y en el momento en que él se dispuso a ver de quién se trataba, nuevamente el espacio estaba vacío. 

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Temblando del susto, Henry Camargo solo pensaba que tenía que quedarse allí hasta casi las 6 de la mañana. Valientemente y en medio de oraciones a Dios, regresó a la cama en medio y se acostó boca abajo, pero luego de unos minutos cuando ya casi se estaba quedando dormido, sintió cómo le respiraban fuertemente en la nuca y cuando intentó hacer algo ya no pudo, pues según él lo privaron y perdió el conocimiento.

Según cuenta Harry, volvió en sí casi a las 6 de la mañana del otro día cuando ya estaba claro y lo único que recuerda, es que amaneció como si lo hubieran golpeado toda la noche.