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Brasil es el nuevo campeón de fútbol masculino de los Olímpicos de Río 2016
La selección de fútbol de Brasil ganó la medalla de oro de los Juegos Olímpicos al derrotar a Alemania en el Maracaná en los penaltis (5-4), después de terminar el partido con empate a un gol.
Por:La
Mega
sábado, agosto 20, 2016 6:36 PM
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Neymar metió el gol definitivo en la tanda de penaltis, después de que Weverton tapara el tiro de Peterson, dándole a su país la primera medalla de oro en fútbol de su historia.
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Brasil acabó con el maleficio de los Juegos, se vengó de Alemania y evitó un Maracanazo versión olímpica merced a su mayor acierto en la tanda de penaltis, tras una final de Río 2016 en la que el brillo de Neymar no le bastó a la Canarinha para fulminar a los germanos ni en el tiempo reglamentario ni en la prórroga.
Adelantó Neymar al conjunto brasileño a los 27 minutos con un genial lanzamiento de falta pero los alemanes, como es propio de ellos, no se rindieron y equilibraron para sorpresa del Maracaná en el segundo periodo por medio de Maximilian Meyer. Los dos capitanes mandaron el partido a la tanda de penaltis.
Y ahí un influjo divino al que había recurrido en sus redes sociales el barcelonista alimentó el sueño de la Verdeamarela con la parada de Weverton, convocado a última hora por lesión de un compañero, a Nils Petersen, y el último lanzamiento de Neymar.
El atacante azulgrana atrajo todos los focos y cumplió con su condición de líder indiscutible de este enésimo proyecto olímpico brasileño que por fin encontró la recompensa en casa, en su templo, en aquel que fue ‘asaltado’ por Uruguay en la final del Mundial de 1950.
No pudo resarcirse Brasil hace dos años en la segunda ocasión en que la cita mundialista recaló en el país por obra y gracia de la goleada por 7-1 que le endosó la propia Alemania en Belo Horizonte.
Y tuvo que ser este 2016, en los primeros Juegos en Sudamérica, cuando la Canarinha saldó cuentas con la historia y se llevó el primer oro olímpico de su historia.
Además fue de forma agónica. Pero al final es como mejor sabe. Tras una final intensa, digna de un gran evento como los Juegos, que refuerzan el papel del fútbol en los mismos. Con buen fútbol a ráfagas, velocidad, atrevimiento, alternativas y mucha, mucha emoción.
El delirio se apoderó del Maracaná y de todo el país, que aguardaba este momento con un ansia quizá desmedida y con una emoción indescriptible.
Neymar se erigió en la figura y, junto a Weverton, en el héroe para que la selección de Brasil alcance lo que tanto tiempo llevaba buscando y lo que siempre se le había negado, la gloria dorada olímpica.
El conjunto brasileño es pentacampeón mundial, posee todos los títulos habidos y por haber en todas las categorías, pero el maleficio en los Juegos Olímpicos le perseguía cada cuatro años. En la última edición, en Wembley, por ejemplo, llegaba con todo a favor y sucumbió ante México.
Muchos de los mejores futbolistas de la historia habían chocado como contra un muro infranqueable, contra unos fantasmas balompédicos que impedían a Brasilcoronarse en los Juegos.
Parece que el destino estaba fijado para este 20 de agosto, en el templo de Maracaná, con Brasil anfitriona, y además contra una Alemania ante la que había muchas, muchas ganas, después de la dolorosa goleada que le infligió hace dos años en el Mundial.
Y todo apuntaba a la gran esperanza del fútbol brasileño del momento, el barcelonista Neymar. El ’10’ y capitán de la Verdeamarela, coreado por la entregada afición brasileña desde antes de empezar la final, había tirado del equipo en los momentos más difíciles en estos Juegos, cuando había recibido durísimas críticas incluso de la propia hinchada.
Un más que discreto inicio de Juegos puso al borde del k.o. al conjunto de Rogerio Micale. Neymar, como gran referencia de este equipo, era uno de los grandes ‘culpables’. Las críticas fueron por ello incluso más duras.
Pero se rebeló. Emergió para levantar de la lona a Brasil y la llevó a la final. Con Maracaná vestido de gala, donde no pudo estar Brasil hace dos años en el Mundial por la contundente derrota ante Alemania, Neymar se agigantó.
Por: EFE
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Y ahí un influjo divino al que había recurrido en sus redes sociales el barcelonista alimentó el sueño de la Verdeamarela con la parada de Weverton, convocado a última hora por lesión de un compañero, a Nils Petersen, y el último lanzamiento de Neymar.
El atacante azulgrana atrajo todos los focos y cumplió con su condición de líder indiscutible de este enésimo proyecto olímpico brasileño que por fin encontró la recompensa en casa, en su templo, en aquel que fue ‘asaltado’ por Uruguay en la final del Mundial de 1950.
No pudo resarcirse Brasil hace dos años en la segunda ocasión en que la cita mundialista recaló en el país por obra y gracia de la goleada por 7-1 que le endosó la propia Alemania en Belo Horizonte.
Y tuvo que ser este 2016, en los primeros Juegos en Sudamérica, cuando la Canarinha saldó cuentas con la historia y se llevó el primer oro olímpico de su historia.
Además fue de forma agónica. Pero al final es como mejor sabe. Tras una final intensa, digna de un gran evento como los Juegos, que refuerzan el papel del fútbol en los mismos. Con buen fútbol a ráfagas, velocidad, atrevimiento, alternativas y mucha, mucha emoción.
El delirio se apoderó del Maracaná y de todo el país, que aguardaba este momento con un ansia quizá desmedida y con una emoción indescriptible.
Neymar se erigió en la figura y, junto a Weverton, en el héroe para que la selección de Brasil alcance lo que tanto tiempo llevaba buscando y lo que siempre se le había negado, la gloria dorada olímpica.
El conjunto brasileño es pentacampeón mundial, posee todos los títulos habidos y por haber en todas las categorías, pero el maleficio en los Juegos Olímpicos le perseguía cada cuatro años. En la última edición, en Wembley, por ejemplo, llegaba con todo a favor y sucumbió ante México.
Muchos de los mejores futbolistas de la historia habían chocado como contra un muro infranqueable, contra unos fantasmas balompédicos que impedían a Brasilcoronarse en los Juegos.
Parece que el destino estaba fijado para este 20 de agosto, en el templo de Maracaná, con Brasil anfitriona, y además contra una Alemania ante la que había muchas, muchas ganas, después de la dolorosa goleada que le infligió hace dos años en el Mundial.
Y todo apuntaba a la gran esperanza del fútbol brasileño del momento, el barcelonista Neymar. El ’10’ y capitán de la Verdeamarela, coreado por la entregada afición brasileña desde antes de empezar la final, había tirado del equipo en los momentos más difíciles en estos Juegos, cuando había recibido durísimas críticas incluso de la propia hinchada.
Un más que discreto inicio de Juegos puso al borde del k.o. al conjunto de Rogerio Micale. Neymar, como gran referencia de este equipo, era uno de los grandes ‘culpables’. Las críticas fueron por ello incluso más duras.
Pero se rebeló. Emergió para levantar de la lona a Brasil y la llevó a la final. Con Maracaná vestido de gala, donde no pudo estar Brasil hace dos años en el Mundial por la contundente derrota ante Alemania, Neymar se agigantó.
Por: EFE
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